Enfermedades crónicas degenerativas

Panorama mundial

Obesidad y sobrepeso en el mundo

Datos y cifras

Desde 1980, la obesidad se ha más que doblado en todo el mundo.

En 2014, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones eran obesos.

En 2014, el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas. La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas de personas que la insuficiencia ponderal.

• En 2014, 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos. La obesidad puede prevenirse.

Diabetes en el mundo

Datos y cifras

El número de personas con diabetes ha aumentado de 108 millones en 1980 a 422 millones en 2014.1

La prevalencia mundial de la diabetes en adultos (mayores de 18 años) ha aumentado del 4,7% en 1980 al 8,5% en 2014.

La prevalencia de la diabetes ha aumentado con mayor rapidez en los países de ingresos medianos y bajos.1

La diabetes es una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.

Se estima que en 2012 la diabetes fue la causa directa de 1,5 millones de muertes, y que otros 2,2 millones de muertes eran atribuibles a la hiperglucemia.

Aproximadamente la mitad de las muertes atribuibles a la hiperglucemia tienen lugar antes de los 70 años de edad. Según proyecciones de la OMS, la diabetes será la séptima causa de mortalidad en 2030.

La dieta saludable, la actividad física regular, el mantenimiento de un peso corporal normal y la evitación del consumo de tabaco previenen la diabetes de tipo 2 o retrasan su aparición.

Se puede tratar la diabetes y evitar o retrasar sus consecuencias con dieta, actividad física, medicación y exámenes periódicos para detectar y tratar sus complicaciones.

Enfermedades
cardiovasculares
en el mundo

Datos y cifras

Las ECV son la principal causa de muerte en todo el mundo. Cada año mueren más personas por ECV que por cualquier otra causa.

Se calcula que en 2012 murieron por esta causa 17,5 millones de personas, lo cual representa un 31% de todas las muertes registradas en el mundo. De estas muertes, 7,4 millones se debieron a la cardiopatía coronaria, y 6,7 millones, a los AVC.

Más de tres cuartas partes de las defunciones por ECV se producen en los países de ingresos bajos y medios.

De los 16 millones de muertes de personas menores de 70 años atribuibles a enfermedades no transmisibles, un 82% corresponden a los países de ingresos bajos y medios y un 37% se deben a las ECV.

La mayoría de las ECV pueden prevenirse actuando sobre factores de riesgo comportamentales, como el consumo de tabaco, las dietas malsanas y la obesidad, la inactividad física o el consumo nocivo de alcohol, utilizando estrategias que abarquen a toda la población.

Para las personas con ECV o con alto riesgo cardiovascular (debido a la presencia de uno o más factores de riesgo, como la hipertensión arterial, la diabetes, la hiperlipidemia o alguna ECV ya confirmada), son fundamentales la detección precoz y el tratamiento temprano, por medio de servicios de orientación o la administración de fármacos, según corresponda.

Panorama en México

Datos y cifras

México experimenta cambios epidemiológicos importantes al igual que el resto del mundo, son múltiples los factores que se han ido modificando con el paso del tiempo tales como la alimentación, estrés físico y mental, la densidad demográfica principalmente en las zonas urbanas, el sedentarismo, entre otras. Aunado a ellos los avances de las ciencias de la salud, han generado un aumento en la esperanza de vida y con ello el gasto en salud por atención a padecimientos propios de la edad.

Las enfermedades crónicas degenerativas han aumentado con el paso del tiempo, enfermedades como diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial junto con sus complicaciones son las principales enfermedades que afectan a nuestro país, mismas que pueden ser prevenibles con adecuados cuidados a la salud evitando el sedentarismo, adoptando una alimentación saludable y manteniendo el peso corporal saludable; aun cuando la enfermedad ya exista el adecuado control permitirá una calidad de vida adecuada, mayor sobrevida y evitar la aparición de complicaciones propias de la enfermedad reduciendo así los gastos en salud para el núcleo familiar y del sistema de salud.

De acuerdo a los resultados obtenidos en la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT2012), México ocupa el primer lugar de sobrepeso y obesidad a nivel mundial en adultos, y recientemente se alcanzó también el primer lugar de obesidad infantil, con un 70% de la población infantil que presenta este problema. La importancia de lo anterior radica en que la obesidad es la segunda causa de muerte en nuestro país y es el principal factor de riesgo para desarrollar diabetes, el 80% de la población que padece diabetes son obesas.

Por otro lado, 3 de cada 10 adultos mexicanos padecen Hipertensión Arterial de los cuales 47% no lo sabía, es importante señalar que de ellos 42.3% presentan obesidad y en 65.6% coexiste diabetes mellitus, un dato aún más alarmante es el hecho que de ésta población sólo el 5% recibe tratamiento médico y es uno de los principales factores de riesgo para Infarto Cardiaco, primera causa de muerte en nuestro país.

El contexto de las enfermedades como sobrepeso, obesidad y diabetes, se puede explicar por el fenómeno de transición nutricional que sufre el país en el cual se pueden observar: aumento de la disponibilidad de alimentos procesados a bajo costo, aumento en el consumo de comida rápida con elevado contenido energético debida a una disminución de tiempo para preparar los alimentos en casa, exposición prolongada a publicidad de alimentos industrializados de fácil preparación, importante disminución de actividad física de la población, por mencionar algunos.

Adicional a esta problemática los importantes cambios en la compra de alimentos muestran una disminución en la adquisición de verduras y frutas, de leche y carnes y un incremento en la compra de alimentos con elevado contenido de hidratos de carbono refinados y bebidas azucaradas, situando a México como uno de las países con mayor consumo de refrescos y bebidas azucaradas. Múltiples encuestas realizadas en nuestro país a lo largo de los años han colocado a los refrescos entre los cinco productos más consumidos en las escuelas públicas de nivel básico, un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) en 2011 reveló que el 44% del consumo total de líquidos en los niños encuestados corresponde a refrescos, aguas de sabores, bebidas endulzadas con sabor a fruta y néctares.

Los patrones de actividad física han sufrido modificaciones importantes debidos a la urbanización, los cambios sociales y económicos transcurridos en la última década acarrearon una disminución en el esfuerzo físico y una mayor carga emocional en la jornada laboral traduciendo esto en menor aprovechamiento de los momentos de esparcimiento en pasatiempos activos y prefiriendo reposar. Actualmente la ENSANUT 2102 reporta que 22.7% de los adolescentes de entre 15 y 18 años son sedentarios y en la población adulta de 20 a 69 años prevalece hasta en un 47.3% la inactividad física.

Obesidad en México

De acuerdo la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de la grasa corporal, asociada a mayor riesgo para la salud. Se define también como una condición de salud desfavorable causada por un balance energético positivo mantenido en el tiempo, que se caracteriza por un incremento excesivo en los depósito de grasa corporal y en el peso.

A nivel mundial el sobrepeso y la obesidad se relacionan con un número mayor de defunciones, el 65% de la población mundial vive en países donde se documentan los mayores índices de deceso por estas enfermedades lo que los ubica como el quinto factor principal de riesgo de defunción. Al año fallecen 2.8 millones de personas a consecuencia del sobrepeso y la obesidad, 44% de la carga de diabetes, 23% de carga para cardiopatía isquémica y del 7 al 41% de la carga para algún tipo de cáncer, son atribuibles a sobrepeso y obesidad.

Son diversos los factores que influyen ene le desarrollo del sobrepeso y la obesidad, tales como genéticos, metabólicos, endocrinos y ambientales, algunos autores también consideran factores psicosociales; por ello la definen como una enfermedad multifactorial debida a la interacción de los mismos. Explicado de otra manera, la carga genética para obesidad se ve directamente potenciada por los factores ambientales y los estilos de vida actuales, lo que permite explicar de forma más clara la creciente prevalencia a nivel poblacional.

La obesidad aumenta la mortalidad y comorbilidad de enfermedades cardiovasculares, está asociada con diabetes, hipertensión arterial, alteración del perfil de lípidos y con eventos cardiovasculares que son la primera causa de muerte en nuestro país. El riesgo de muerte súbita en una persona obesa es tres veces mayor que en una no obesa, dos veces mayor para desarrollo de insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad cerebrovascular y cardiopatía isquémica, y si el Índice de Masa corporal (IMC) es mayor a 30Kg/m2 la posibilidad de desarrollar diabetes es 93 veces mayor.

Existen dos formas clásicas de obesidad, la obesidad androide donde la acumulación de grasa se concentra en abdomen y tronco, y la obesidad ginecoide que se caracteriza por acumulación de tejido adiposo en caderas y muslos. La importancia de conocer la distribución del tejido adiposo se centra en el impacto metabólico del mismo, siendo la obesidad androide o abdominal (adiposidad visceral) la que mayores repercusiones conlleva para la salud.

Como se ha descrito en múltiples estudios, el tejido adiposo es una glándula endócrina que puede desencadenar varias respuestas celulares como estrés oxidativo, estrés del retículo endoplasmático e inflamación; ya que produce sustancias (interleucina 6, Factor de Necrosis Tumoral α y Resistina) que favorecen la resistencia a la insulina y disfunción endotelial, mecanismo por el cual se ve favorecido el desarrollo de aterosclerosis, hipertensión arterial y diabetes.

México ocupa el primer lugar de obesidad tanto en población adulta como infantil, actualmente el 71.3% de la población adulta presenta obesidad siendo las mujeres adultas las más afectadas. Los resultados obtenidos de la ENSANUT 2012 muestran una prevalencia del 74% de adiposidad central nuevamente afectando mayormente a la población femenina. Aunado a estos resultados, el costo por atención a este padecimiento asciende a 250 mil millones de pesos por año.

Las pérdidas económicas de los países en desarrollo casadas por problemas de malnutrición como obesidad representan de un 2 a 3% del Producto Interno Bruto (PIB), ya que los gastos de atención para una persona obesa son 25% mayores que una persona no obesa. Por otro lado, aunado a los costos generados por atención para obesidad deben sumarse los costos del estigma social, un apersona obesa disminuye hasta en un 50% su productividad y de acuerdo a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tienen dos veces más probabilidad de ausentarse por complicaciones de su padecimiento, siendo la obesidad abdominal la principal causa.

Diabetes Mellitus
en México

La diabetes es una enfermedad metabólica que se caracteriza por concentraciones elevadas de glucosa en sangre producto de una deficiente secreción de insulina por el páncreas y/o una disminución en su acción. La OMS la define como un trastorno metabólico de causas diversas que se caracteriza por hiperglucemia crónica y trastorno del metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas como consecuencia de anomalías de la secreción o efecto de la insulina, hormona producida por el páncreas que permite el paso de la glucosa de los alimentos a las células del organismo. A inicios del siglo XXI la prevalencia de diabetes mellitus se incrementó de forma alarmante siendo ya considerada como una verdadera pandemia, la cual es causada por estilos de vida inadecuados en la población en general. Es una de las enfermedades con mayor impacto social y económico, tanto por su morbilidad como por las complicaciones y la elevada tasa de mortalidad prematura y discapacidad en el mundo.

En México la diabetes se ha convertido en la primera causa de muerte y se estima que para el año 2030 habrá una prevalencia de 10.9% a nivel nacional de casos confirmados de diabetes. Se pierden 264 mil años de vida saludable por muerte prematura y 171 mil por discapacidad en personas con diabetes de 45 años o más representando un costo estimado de 318 millones de dólares por año.

Dicho costo se debe principalmente a las complicaciones propias de esta enfermedad haciendo necesario replantear las estrategias de intervención para retrasar el daño micro y macrovascular para disminuir los costos por atención tanto personales como familiares evitando la pérdida de productividad individual.

Se ha demostrado que la hiperglucemia es causante de alteraciones metabólicas, estrés oxidativo, incremento de marcadores proinflamatorios dando como resultado el daño endotelial acelerando la aparición de la aterosclerosis, incrementando el riesgo de infarto al miocardio, accidentes cerebro vasculares, insuficiencia renal, neuropatías periféricas y amputaciones. Puede asegurarse que la diabetes afecta los órganos y tejidos del cuerpo en adultos como en niños y adolescentes de forma general.

Países desarrollados muestran que la diabetes es la primera causa de enfermedades cardiovasculares, ceguera, insuficiencia renal y amputación de miembros inferiores, misma tendencia que se observa en países emergentes, al aumentar la prevalencia de diabetes se tiene un impacto negativo directamente en la economía de estos países. En comparación con poblaciones que viven en países de ingresos altos, los que viven en países de ingresos medios o bajos invierten un porcentaje mayor del gasto sanitario porque no tienen acceso a un sistema de seguridad social o servicios médicos públicos. Un ejemplo son los países de América Latina donde las familias pagan del 40 al 60% del gasto público en salud de su propio bolsillo.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) gasta 18 mil 250 millones de peso al año en atención a pacientes con diabetes, lo que representa 50 millones de pesos al día en tratamiento médico, quirúrgico, incapacidad, rehabilitación o pensión por invalidez. Para el año 2013 el gasto ascendió 7 mil 800 millones de pesos por costos directos e indirectos de los cuales el 75% se destinó a la atención de complicaciones de este padecimiento, un dato alarmante es que diariamente mueren 250 personas en nuestro país por dichas complicaciones.

Hipertensión
en México

La hipertensión arterial se define comúnmente como una presión arterial sistólica ≥140mmHg y una presión arterial diastólica ≥90mmHg sostenidas o como un nivel mantenido de presión arterial sistólica-diastólica igual o mayor a 140/90mmHg respectivamente, la cual aumenta progresivamente de acuerdo a la edad teniendo una mayor prevalencia en persona de 65 años o más.35, 36 Existen rangos limítrofes o también llamados prehipertensión comprendidos entre 130 y 139mmHg para presión sistólica y de 85 a 89mmHg para diastólica, considerando como valores normales cifras menores a 130/85mmHg para presión arterial sistólica y diastólica respectivamente.

Es la afección crónica más frecuente en la población adulta de todo el planeta y tiene un comportamiento como factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades consideradas como las principales causa de muerte en el mundo, tales como cardiopatía isquémica, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia cardiaca y enfermedad renal crónica. En el mundo se reportan 5.1 millones de muertes al año relacionadas a enfermedades cardiovasculares y el 62% de ellas se vinculan con un mal control de la hipertensión arterial.

El número de personas afectadas con hipertensión arterial asciende a un aproximado de 50 millones en los Estados Unidos y a mil millones en todo el mundo, en la medida que la población envejece la prevalencia de hipertensión se incrementa. Datos recientes provenientes del estudio Framingham sugieren que el 90% delos individuos que tienen la presión arterial normal a los 55 años de edad, desarrollarán hipertensión en algún momento en el curso de su vida.

• En personas mayores de 50 años la presión arterial sistólica (PAS) por encima de 140mmHg es un factor de riesgo para enfermedad cardiovascular (EVC) mucho más importante que la presión arterial diastólica (PAD).

• Los individuos con PAS de 120-139mmHg o PAD de 80-90mmHg deberían ser considerados como pre-hipertensos y requieren modificación positiva de los estilos de vida para prevenir EVC.

La hipertensión aumenta el riesgo de ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca, accidente vascular encefálico y enfermedad renal. Para los individuos que tienen entre 40 y 70 años, cada incremento de 20mmHg en PAS o 10mmHg en PAD duplica el riesgo de EVC en todo el rango de 115/75mmHg hasta 185/115mmHg.

El objetivo último de la terapia antihipertensiva en término de salud pública es la reducción de la morbilidad y mortalidad cardiovascular y renal. Aunque la mayoría delos pacientes con hipertensión, especialmente los que tienen 50 años o más, conseguirán temprano le objetivo de disminuir la PAD por debajo de 90mmHg, el empeño primario debe ser bajar la PAS por debajo de 140mmHg. La disminución de la presión arterial por debajo de ésta cifra se asociada con un descenso en complicaciones cardiovasculares. En persona con hipertensión que padecen Diabetes Mellitus o Enfermedad Renal, el objetivo es conseguir una reducción de la presión arterial por debajo de 130/80mmHg.

México muestra una tasa de afectación por esta enfermedad de 31.5% en la población adulta situándolo entre las más altas a nivel mundial. La tendencia en esta población se ha mantenido sin cambios significativos en su prevalencia y muestra ser constante en los últimos años tanto en hombres como en mujeres lo que se traduce en que recibir tratamiento no garantiza un mayor control de la hipertensión, debido a que según datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), solo la mitad de población que recibe tratamiento logra mantener cifras de presión dentro de rangos establecidos en la Norma Oficial Mexicana y los estándares internacionales (JNC-7 y AHA).

Dicho de otra manera, en nuestro país existen 22.4 millones de adultos de entre 20 y 69 años que padecen hipertensión arterial de los cuales, más de la mitad desconocían su padecimiento por tratarse de una enfermedad asintomática en su etapa temprana, confirmando el diagnóstico tras varios años de instaurada la enfermedad presentando ya alguna complicación agregada.

En un periodo de dos años, de 2010 a 2012, los costos atribuibles a la hipertensión arterial incrementaron casi 1.400 millones de dólares al pasar de 5.160 a 6.536 millones de dólares lo que representa una cantidad similar a los costos por atención de diabetes. Esta situación no solo impacta en la economía del país, si también la economía familiar, ya que por cada 100 dólares que se destinan para la atención de esta enfermedad, 51 dólares son aportados directamente del ingreso familiar del paciente, convirtiéndola en una prioridad en salud pública por su alto costo para los sistemas de salud.

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